CARGAMONTÓN
Iniciando el año 2012, los medios de comunicación dieron la noticia que decenas de personas formaban cola en la ONPE para comprar los kits de revocatoria de alcaldes, regidores, presidentes y consejeros regionales. Por esos días se anunció también el inicio de la recolección de firmas para la revocatoria de la alcaldesa de Lima Susana Villarán, señalándose que, trás bambalinas estarían Alex Kouri y Luis Castañeda; es más, se ha dicho que la revocatoria es un instrumento antidemocrático y que se presta para que “perdedores” se unan y torpedeen a alcaldes u otras autoridades democráticamente elegidas. De este modo se ha dado inicio así una sorda campaña de desprestigio contra esta institución, llegando al extremo de sibilinamente sugerir que hay que revocar la revocatoria.
Al cargamontón se han aunado conspícuos personajes como Ernesto Alvarez Miranda, presidente del Tribunal Constitucional, quien en una entrevista efectuada por Rosa María palacios (RMP), publicada en La República el 15.01.2012, ha sostenido que la revocatoria es una “locura” y una “moda ajena al sistema representativo”. RMP le pregunta: “La ley dice que no tiene que ser fundamentada”. Alvarez, responde: “Pero si no tiene fundamento, teóricamente, frente al alcalde elegido, todos los que hemos participado y hemos perdido en el proceso previo, podemos unirnos y derribarlo”. Aquí cabe precisar que RMP yerra, la ley sí dice que el pedido de revocatoria tiene que ser fundamentado, lo que no exige la ley es probarlo. Y por eso también yerra Alvarez Miranda con su respuesta y no hacer la aclaración respectiva. RMP, continuando con su línea de preguntas: “Que de hecho se hace así en todo el Perú”. Alvarez Miranda: “Por eso yo decía, esto ha ido pasando en forma injusta, políticamente hablando, en provincias. Hemos tenido que esperar a que se plantee la posibilidad en Lima para que recién podamos reflexionar. ¿Es buena la revocatoria o en todo caso regresemos a los mandatos cortos de tres años para los alcaldes y punto”. A otra pregunta de RMP el presidente del Tribunal Constitucional, responde: “… es que la revocatoria es una institución ajena al sistema representativo. La representación política recién está madurando en el país, a ella le hemos injertado instrumentos de democracia directa”.
El domingo pasado (22.01.2012), en el diario La República, leímos un interesante artículo de Steven Levitsky, titulado “Cuando la democracia atenta contra la democracia”, donde expresa: “No creo que la revocatoria profundice la democracia. Más bien creo que atenta contra la democracia”, “La revocatoria contra Villarán es un caso ejemplar de uso politizado de una institución democrática…”, “Más allá del caso Villarán, es claro que la revocatoria está siendo utilizada de una manera muy politizada en el Perú: los que pierden las elecciones ven en la revocatoria una oportunidad para tumbar a sus rivales y llegar al poder sin tener que esperar cuatro años. Eso no es una profundización de la democracia, sino un golpismo disfrazado de ´participación ciudadana´. La democracia no debe –y no puede- funcionar así”.
De lo antedicho podemos concluir que la propuesta en boga actual es: revoquemos la revocatoria. Ello nos conlleva a formular la pregunta: La revocatoria: Institución antidemocrática o ajena a la democracia?
GÉNESIS DE LA REVOCATORIA EN EL PERÚ
Es verdad que la compra del kit y el inicio del recojo de firmas para la revocatoria de Villarán es claramente política y está siendo promovida por la DERECHA BRUTA Y ACHORADA (DBA), pero nada indica que será revocada, ni siquiera se sabe si llegarán a reunir las 400,000 firmas válidas debidamente comprobadas por la RENIEC, por lo que debe haber tranquilidad al formular los análisis ya que a este paso terminarán proponiendo y promoviendo la desaparición no solo de la revocatoria, sino también de la vacancia y otros derechos de participación y control contenidos en la Constitución y otros textos legales, ya que allí también se pueden dar cita los “perdedores” de justas electorales. Vemos mucho simplismo y superficialidad en los análisis de Alvarez Miranda y Steven Levitsky.
Es necesario recurrir a la historia de los últimos años para conocer cómo nace la institución de la revocatoria y otras que tienen que ver con los derechos de participación y control ciudadanos. Recordemos que luego del golpe del gobierno militar y la instauración de la dictadura de Velasco y Morales Bermúdez (1968-1980), los alcaldes eran designados a dedo. Concluída la dictadura el Perú volvió a los gobiernos democráticamente electos, en el segundo mandato del presidente Belaunde (1980-1985) los peruanos volvimos a elegir en forma democrática a los alcaldes, es decir, mediante el voto popular. Posteriormente, en el primer periodo de Alan García (1985-1990), el Perú fue testigo de la más espantosa corrupción generalizada en la que se observaba (y se sigue observando ahora también en las municipalidades), una podredumbre moral y un latrocinio sistemático de las arcas públicas municipales, deslegitimándolos del pueblo. Es ahí que se empieza a hablar que el pueblo elige a los alcaldes pero no se les da un cheque en blanco para robar e implantar la corrupción, la ineficiencia y la incapacidad en las municipalidades. Posteriormente, se produce mucho debate al respecto y en la Constitución Política del Perú de 1993, específicamente en su artículo 2° inciso 17° se eleva a rango constitucional y como derecho fundamental la institución de la revocatoria: “Los ciudadanos tienen, conforme a ley, los derechos de elección, de remoción o revocación de autoridades, de iniciativa legislativa y de referéndum”. El debate continuó y el Congreso aprueba y luego es promulgada, y publicada el 02 de Mayo de 1994 en el diario oficial El Peruano, la Ley N° 26300 – Ley de los Derechos de Participación y Control Ciudadanos, donde se legisla los derechos fundamentales de participación y control contemplados en nuestra Constitución.
DEMOCRACIA REPRESENTATIVA O PARTICIPATIVA?
Es bueno recordarle a nuestro Presidente del Tribunal Constitucional que la figura de la democracia representativa pura pertenece a los albores de la democracia, esto es, a los siglos XVII, XVIII, XIX e inicios del siglo XX. Desde finales del siglo XX y con mayor ahora en el siglo XXI la denominada democracia representativa ha sido superada por la democracia participativa y elementos de la democracia directa, donde el pueblo tiene (o debe tener) mayor participación y control sobre los gobernantes. Y ésta se justifica con mayor razón en democracias endebles como la nuestra, dónde los gobernantes (gobierno nacional, regional o local), creen que han sido ungidos como monarcas, impera la corrupción, la ineficiencia por favorecer a los amigos y a quienes les financian las campañas y donde los partidos (algunos, son verdaderas asociaciones ilícitas para delinquir, ya lo dijo Bedoya Ugarteche: alianza para robar algo), no pueden llamarse democráticos. El ejercicio de estos derechos de participación y control ciudadano son necesarios, caso contrario la sociedad estaría inestable y en permanente convulsión social. Demos un ojo a la historia y veamos y recordemos las denuncias de corrupción y otras lacras sociales que pesa sobre muchos alcaldes y ahora sobre algunos presidentes regionales. La época de los cheques en blanco ya pasó a la historia.
TEMOR INFUNDADO
Además, no hay que tenerle temor a la revocatoria, institución que tiene sus requisitos, sus propios límites y mecanismos de control para desmotivar el uso irracional, irresponsable o político que se quiera hacer de la misma, es por ello que según estadísticas desde su instauración, no han sido revocados más allá del 13% de alcaldes y regidores y ningún presidente regional. Desde 1997 al 2009, se han efectuado siete consultas de revocatoria, habiéndose revocado únicamente a 210 alcaldes, en todos estos años y sumando todas las consultas (siete) efectuadas hasta ahora. Téngase presente que el Perú tiene 194 provincias y 1822 distritos, ello es un indicador claro que, se podrán comprar cientos o miles de kits de revocatoria revanchistas o politizadas, pero, el pueblo es sabio y sabe distinguir un caso de otro.
Y dentro del marco de límites y controles que impone la ley de revocatoria, recordemos que, se excluye la posibilidad de solicitar la revocatoria el primer y último año de gobierno, significando que sólo podrá pedirse una vez en el periodo de gobierno de un alcalde o presidente regional. Se requiere las firmas del 25% de electores de la circunscripción con un máximo de 400 mil firmas para localidades grandes como Lima, es más, las firmas tienen que ser verificadas por el RENIEC. Y por añadidura, deben acudir a votar no menos del 50% de las personas registradas en el padrón electoral y la revocatoria debe ser aprobada por la mitad más uno de los votos válidamente emitidos (no se considera votos nulos ni blancos). Además, no debe subestimarse la inteligencia del pueblo que sabrá decir no a un pedido de revocatoria que no se justifica.
Entonces, no pretendan calumniar, desprestigiar, echar lodo o exterminar a una joven institución de control ciudadano como es la revocatoria que está respondiendo con eficiencia para la consolidación de la democracia en el Perú. Si el sistema democrático tiene sus bemoles es responsabilidad de los partidos políticos que son las instituciones a las que debemos juzgar.
POST DATA: El presidente Ollanta Humala, durante su campaña electoral por todo el país, prometió que iba a presentar un proyecto de ley para que el Congreso de la República apruebe la revocatoria para el presidente de la república y los congresistas. Dijo: “El pueblo no otorga un cheque en blanco, el pueblo lo pone, el pueblo lo saca”. Esperamos cumpla su promesa, y si no lo va a cumplir debe explicar las razones por las que se retracta.
ATV