CLEPTOCRACIA: GOBIERNO DE LOS LADRONES
MOCOS POR BABAS
Recuerdo cuando niño escuchaba a los políticos de entonces fustigar en campaña electoral a lo que denominaban la cleptocracia; alguno de ellos, instalados en el poder devenían en los nuevos cleptócratas (gobernantes corruptos y ladrones) y convertían a la cúpula de su maquinaria partidaria en novísimos operadores del latrocinio y la corrupción.
Se denómina cleptómano al ladrón o ratero compulsivo. Se llama latrocinio al robo, hurto o fraude. Cleptocracia viene del griego Kleptein o clepto que significa ladrón; y kratos o cracia que significa gobierno. Es decir, la democracia (gobierno del pueblo) queda atrás, para instalarse la cleptocracia o gobierno de los corruptos y ladrones.
La cleptocracia es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo y aprovechamiento de los dineros y recursos públicos, ejercido por una banda o asociación ilícita para delinquir, para el enriquecimiento personal, familiar y de sus grupos allegados, usufructuantes del poder y del dinero o recursos públicos. Para ello institucionalizan la corrupción y acceden al poder nacional, regional o local vía la mentira, la manipulación y el clientelismo político, hacen uso, abuso y escarnio de la pobreza o extrema pobreza material de los electores.
Asaltan las arcas públicas vía peculado, defraudación, malversación de fondos y otras formas delictivas y estas acciones delictivas quedan impunes ya que, instalada la cleptocracia en el Estado, los distintos sectores del poder actúan de modo similar, desde el Poder judicial, el Ministerio Público, la policía, cubiertos por la prensa o periodistas o comunicadores rastreros, haciendo uso por último del sicariato para sus actos de venganza o para cubrir sus fechorías. Una vez enquistados en el poder echan mano de los oportunistas, arribistas o vagos que pululan a los corruptos y mafiosos, los funcionarios se vuelven sus compinches, incluso, saben utilizar a dizque dirigentes del pueblo, ansiosos de dinero fácil o mal habido.
Existen cleptocracia en el Estado (gobierno nacional), en los gobiernos regionales y en los gobiernos locales. Los cleptócratas corrompen a las instituciones con el fin de evadir a la justicia. La cleptocracia se viene extendiendo como una pandemia o un cáncer en nuestra sociedad.
La cleptocracia o corrupción implica obras públicas sobrevaluadas, obras, bienes o servicios supuestamente adquiridos pero que no existen o son fantasmas; licitaciones o concursos arreglados o manipulados al formular las bases, etc. Todo esto afecta al pueblo ya que significa menos obras o servicios u obras o servicios deficientes o mal hechos. Todo eso lo hemos visto recientemente en gobiernos nacionales, regionales y locales. Esta es la “democracia” existente y este es el sistema que se perpetúa para beneplácito de los fascinerosos y que muchos defienden. Esta cleptocracia, por supuesto, es insostenible.
Se acercan las elecciones regionales y municipales, y existen cleptócratas que se afanan en repetir el plato. También están los aspirantes a nuevos cleptócratas y corruptos que se frotan las manos para reemplazarlos. Saben que con una campaña electoral paternalista, manipuladora y cargada de regalitos compraran la conciencia de los votantes. Es hora que el pueblo y sus mejores hijos reaccionen para poner fin a este estado de cosas, caso contrario, luego de cada elección, solo se cambiará mocos por babas; y como siempre vendrá el arrepentimiento y el crujir de dientes. El círculo vicioso se perpetuará. Es el momento de aprender a ser ciudadanos.
ATV